domingo, 16 de octubre de 2011

"Junín tiene un puente institucional roto y nosotros lo podemos reconstruir”

Nota en diario Democracia


El candidato a jefe comunal por el kirchnerismo afirmó: “Yo tengo las puertas abiertas, otros quizás las tengan que abrir”, y afirmó que lo ve a Mario Meoni “desconcertado, asustado y tirando manotazos de ahogado”.



El candidato a intendente de Junín por el Frente para la Victoria, Gustavo Traverso, visitó la redacción de DEMOCRACIA y puso el foco en la necesidad de reconstituir la relación con los gobiernos nacional y provincial, criticó la falta de “lealtad” del actual jefe comunal de nuestra ciudad, Mario Meoni, y cuestionó la ausencia de políticas en los barrios que apunten a sacar a los niños y adolescentes de la marginalidad.  

-¿Cómo aparece en las encuestas?
-De las primarias a ahora, hay una fuerte evolución de mi intención de voto. Los últimos datos que tenemos al día de hoy [por ayer] son que estamos unos puntos por arriba nosotros. No son muchos y pueden ser parte del error estadístico, pero estamos sobresaliendo un poco. A partir del 14 de agosto hay un crecimiento de mi candidatura, que tiene que ver con algunas cosas como la unidad del peronismo, como la campaña misma, como los equipos técnicos y, fundamentalmente, con el fuerte apoyo de Cristina. Así que estamos confiados que el viento sopla a favor nuestro. 

-¿Qué opina de que se repartan boletas de Meoni con Cristina?
-Creo que lo que más genera es desconfianza. Desconfianza en su propio partido, desconfianza en aquellos que ven que para que Junín pueda crecer, lo que hay que construir son puentes sólidos, que con puentes endebles no alcanza. Lo que en otra época en política era la avivada criolla, o estoy con todos o no estoy con nadie. Hoy me parece que, después de la muerte de Néstor, el valor de la lealtad y del compromiso tienen un fuerte valor en lo que es la relación de las construcciones. En ese sentido, me parece que Junín tiene un puente institucional roto y que nosotros lo podemos reconstruir. La realidad es esta, somos eso, no renegamos. Aclaremos que el kirchnerismo tiene deudas pendientes, de eso nos hacemos cargo. Y también entendemos que Meoni en un momento entendió este proyecto y después saltó. Pero fundamentalmente, me parece que lo que hay que reconstituir es un puente institucional que tiene que ver con la política, de fortalecer ese lazo con la Provincia, la Nación y el Municipio. Sea del kirchnerismo o de otro color político, pero me parece que la seriedad, en términos de las relaciones, tiene que existir y me parece que, en estas elecciones, los que más estamos en condiciones de reconstruir ese puente somos nosotros. A Mario lo veo desconcertado, lo veo asustado y lo veo tirando manotazos de ahogado que lo están llevando a confundir a su propio electorado. Me parece que es un error estratégico, sobre todo porque aquellos que se dicen peronistas Y acompañan el proyecto de Meoni, en realidad son empleados municipales con necesidades reales de seguir permaneciendo en el Municipio.

-Desde el meonismo aseguran que usted “extorsiona” a los juninenses con promesas de obras públicas?
-Yo nunca dije eso. Yo lo que digo es: yo tengo esta oportunidad. Yo tengo las puertas abiertas, otros quizás las tengan que abrir. Meoni no las puede abrir más. Este me parece que es el tema central. Meoni las tiene cerradas por esta conducta. Quizás otros la puedan abrir. Yo ya las tengo abiertas, y esto es importante para Junín, no para Gustavo Traverso. 
A mí me parece que extorsionar al electorado es mentir, es camuflar la boleta de Meoni atrás de la boleta de Cristina, es decir qué bueno está Junín con las obras que se están haciendo y que no estén. Yo paso por la puerta de su diario y busco el agujero del túnel bajo nivel para pasar y no está. Sin embargo hay un cartel que dice claramente “qué bueno está Junín con el puente bajo nivel”. Entonces me parece que esta estrategia de marketing es una extorsión o una invitación a seguir en un escenario falso. Quizás alguno lo pueda tomar así, yo sinceramente digo ‘yo tengo las puertas abiertas’, y esto se lo muestro al pueblo de Junín”. Me parece que el pueblo de Junín está maduro y sabe lo que tiene que votar. Yo estoy mostrando lo que he construido. Es una construcción, de lealtad, de la gestión y de afecto. Porque además de las lealtades, de los compromisos ideológicos, la política también tiene que ver con los afectos. Y los afectos que yo he construido con Alicia Kirchner, con Aníbal Fernández, con Florencio Randazzo, son importantes y le sirven a la ciudad. 

-Hay quienes sostienen que la pobreza en el país está en los mismos niveles que en 2001, pese al crecimiento económico. 
-En ese momento, a mí me tocaba viajar por mis responsabilidades laborales a La Plata y a Buenos Aires y veía a gente desesperada cortar rutas, veía a Ezeiza arrebatada de jóvenes que se iban porque no tenían futuro. Hoy lo veo al revés, veo a jóvenes y no tan jóvenes volviendo a la Argentina. Veía el club del trueque. De la asignación universal al club del trueque hay una enormidad. Veía fuertes hacinamientos o desocupación. Yo creo que tenemos dificultades y hay niveles de pobreza razonables que hay que seguir trabajando para combatir. Hay un sector de marginalidad muy fuerte, que tiene que ver con la fractura de la ecuación productiva en la década del noventa y la relación laboral.
Me parece que hay tres generaciones de argentinos que nunca vieron a sus padres trabajar. Y que eso sigue siendo un núcleo duro de pobreza y marginación, que hay que trabajar muy fuerte. Pero creo que la Argentina encontró un modelo de producción, un modelo de inclusión social que hay que seguir trabajando. 

-En Junín se ve la marginalidad. ¿Cómo se soluciona eso?
-Hay que tener más Estado. Lo que noto es que en Junín hay un fuerte abandono de la niñez y de la adolescencia. No hay políticas públicas destinadas a desarrollar a los niños y a los adolescentes. El servicio local no existe, no tiene la impronta que la ley le otorga; la oficina de Bienestar del Municipio es netamente asistencial y con muchísimas limitaciones. Nosotros, desde el Ministerio de Desarrollo Social hacemos lo imposible por poder trabajar. Muchas veces no alcanza, sobre todo en la emergencia habitacional. 
Estamos convencidos de que el primer problema que tiene la ciudad es un problema de estructura productiva. Acá no hay trabajo de calidad. Al no haber obra pública, no hay trabajo en la construcción. El modelo chacarero ferroviario del siglo pasado es un modelo oprimido, donde el campo reconvierte, para bien, para aumentar su productividad, y expulsa al hombre. El ferrocarril cerró y durante los últimos 10 ó 15 años, la conducción política de la ciudad no pudo encontrar un modelo de producción que sea capaz de encausar a la ciudad en un modelo de trabajo sustentable. 
Hay un fuerte abandono de la niñez y la adolescencia. Los jóvenes no tienen laburo y los niños no tienen un acompañamiento del Estado. Hay niveles de pobreza extrema, de marginación extrema, de violencia familiar, de adicciones. Y esto repercute en la inseguridad. Esa ecuación se resuelve con más Estado, integralmente. No con más Policía. Nosotros tenemos un proyecto de un centro integrador comunitario, en el que no solo vamos a poner la parte sanitaria, sino también la parte social, la productiva, la de capacitación. Y fundamentalmente el tema adicciones. Si no afrontamos el tema adicciones, en el futuro vamos a estar en un problema grave de inseguridad. Acá hay un problema socio sanitario muy grande. Nosotros tenemos al estado de la Provincia y al nacional absolutamente desarticulado del de la ciudad: el CPA está desbordado, en el hospital no hay una buena terapia para tratar adicciones. Tenemos programas de educación sexual que no se aplican correctamente. El embarazo adolescente en la ciudad está generando sectores de extrema pobreza. Nosotros decimos, hay que ver en el territorio, dónde están los mayores bolsones de pobreza y marginalidad e instalarnos con una política integral, que también tiene que ver con la seguridad, con lo educativo y con la capacitación. ¿Cómo lo resolvemos? Con políticas a largo plazo. Pero con una intervención articulada. No puede ir el municipio a repartir tres chapas, cuando el problema real es cultural, social y de adicciones. Hoy la ciudad tiene un nivel de desprotección fuerte en el tema de la atención primaria. Entonces toda la responsabilidad de la salud recae sobre el hospital y el hospital está desbordado. 

-En el último año se ha visto una explosión de la droga en Junín.
- Si recorrés los barrios, los vecinos te van a decir dónde se vende una pizza, dónde se venden verduras y dónde se vende la droga. Esto es una realidad. Eso quiere decir que todos saben de esto. El tráfico de drogas genera dinero y el dinero corrompe, eso está más que claro. Creo que falla la articulación entre los poderes del Estado para solucionar este tema. En Junín la comercialización o el consumo se hacen en la vía pública. Y el ejemplo de todo esto es “Peliculón” Reyep, que cuando pasó lo que pasó todo el mundo lo tenía indicado como un tipo que vendía drogas. Tuvo que morir una chica para que la gente se diera cuenta. Yo no digo que los poderes sean cómplices, pero seguro que falta coraje y la valentía para enfrentar estos problemas. Yo no digo que alguno de los poderes esté vinculado al negocio, no lo puedo decir porque no tengo pruebas. Inclusive creo que el 90 por ciento de los policías son honestos. En Junín no creo que exista una banda organizada, pero sí existen tipos como Reyep, que pueden andar en una moto, con tres celulares y una 22 en la cintura. A eso no le podemos tener miedo y debemos combatirlo.

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