Nunca antes el peronismo de Junín (hoy cabalmente representado por el Frente para la Victoria) estuvo tan cerca de gobernar esta ciudad del noroeste bonaerense.
Luego de las primarias en las que siete precandidatos dirimieron en las urnas la representatividad de ese espacio, emergió como un claro ganador Gustavo Traverso.
Detrás de él, quienes perdieron en esos comicios se encolumnaron para fortalecer la candidatura de quien hoy surge como un competidor de fuste al actual intendente Mario Meoni.
Ya se han sucedido 28 años de gobiernos radicales. Los últimos 8 correspondieron a esta etapa que protagoniza Meoni.
Su derrotero político ha sido sinuoso. De radical K allá por el 2007 y principios del 2008, se sumó al acto de deslealtad política que exhibió el vicepresidente Julio Cobos a mediados de este año con su voto "no positivo".
Entonces empezó a soñar con un destino fulgurante. Se lo mencionó como un eventual jefe de Gabinete en un imaginario gobierno cobista.
Hablaba con los medios nacionales, hacía declaraciones ostentosas, operaba como figura descollante en la provincia de Buenos Aires. En ese contexto, la ciudad padecía el abandono, la dejadez por parte de quien había sido electo para conducir los destinos de esta ciudad.
Cuando observó que la candidatura, tan promocionada, alentada por ciertos medios hegemónicos se esfumaba, advirtió que aquellos vientos que soplaban tan favorablemente se convirtieron en una suave brisa.
Ya cuando Cobos cometió su segundo acto de traición dejando a sus adláteres a la intemperie, sin resguardo, Meoni se dio cuenta tarde que sólo podía refugiarse en la ciudad que había abandonado a su suerte.
El premio consuelo: la reelección a lo que sumó la victimización, hacer creer que los males que nos aquejan se deben al trato indiferente del gobierno nacional y/o provincial. Falso. Es un intento banal por eludir responsabilidades. Cuando uno elige un funcionario para un cargo ejecutivo quiere que gestione, que se haga cargo de los problemas y que trate de resolverlos.
Esa pretendida reelección no será tan fácil porque Traverso no es un candidato testimonial.
Por el contrario, expresa en primer lugar, con firmeza y convicción, el modelo nacional y popular que encabeza la presidenta Cristina Fernández.
Sus propuestas ya han sido formuladas e incluyen soluciones a los más variados aspectos de la situación política, económica y social de Junín.
Pero, fundamentalmente, existe la voluntad, firme, decidida, de gestionar, de que Junín reciba los dones de ese modelo pero no en forma de dádiva sino como un engranaje más en este proyecto inclusivo con crecimiento económico.
Por estas razones, existen aires de cambio. Los pobladores de Junín quieren un cambio, quieren vivir mejor, quieren gozar de condiciones de vida dignas con trabajo, educación, salud, seguridad, vivienda.
Falta poco para que la ciudadanía decida con su voto que es lo mejor para quienes habitamos aquí.
Estamos seguros que esa necesidad de cambio se ha de plasmar en las urnas y a partir de diciembre Junín comenzará a vivir una etapa diferente.
Será el momento de aplicar las iniciativas que tendrán el respaldo, insisto, de quien viene a gestionar con determinación, con certidumbre, apuntando a un desarrollo integral de la ciudad y sus poblaciones aledañas.
No hay que tener miedo al cambio cuando éste viene acompañado con la fortaleza de un peronismo unido que sabe lo que es gobernar para todos.
---
No hay comentarios:
Publicar un comentario